13 de abril de 2011

Review: Zomes "Earth grid" (2011)

Por Fernando Suarez.

-Zomes “Earth grid” (2011)
Con sólo saber que Zomes es el proyecto en solitario de Asa Osborne, quien pasara gran parte de su vida musical como guitarrista de los legendarios Lungfish, ya alcanza para hacernos una idea de lo que podemos encontrar aquí. La forma más simple de describirlo sería, justamente, la visión de Lungfish basada exclusivamente en Osborne. Esto es, canciones instrumentales, construidas cada una sobre un único riff que se repite hasta el infinito (y más allá) y adornadas por delicadas texturas, ritmos tenues y deliciosos arreglos de teclado. Algunos dirán que “Earth grid” es básicamente lo mismo que el debut homónimo de Zomes pero con distintas canciones (y, a veces, no tan distintas) pero, teniendo en cuenta que casi la misma apreciación podría hacerse sobre la extensa discografía de Lungfish, eso no representa ningún problema. Es que, mientras esos riffs sigan manteniendo esa impronta sinuosa, robusta, evocadora y cargada de conmovedora profundidad melódica, nada puede andar mal. De todas formas, más allá del evidente minimalismo y la hipnótica austeridad con que Osborne arma sus composiciones, su paciente exploración de texturas y variantes tímbricas, y su afilado instinto melódico eluden el aburrimiento a fuerza de clase, buen gusto y una concentración obsesiva, casi quirúrgica. Ok, no voy a negar que, en más de una ocasión, estos temas suenan como esqueletos de canciones de Lungfish y uno casi puede imaginarlos (no sin cierto dejo de impotencia y nostalgia) empujados por los sólidos ritmos de Mitchell Feldstein y elevadas por los inconfundibles mantras poéticos de Daniel Higgs, pero esa es una cuestión que sólo nos atañerá a los fanáticos de dicha banda. De todas formas, a falta de Lungfish (y con Higgs explorando nuevos terrenos junto a los suecos The Skull Defekts), buenos son los Zomes para cerrar los ojos, relajar los músculos y sumergir el espíritu en estos viajes profundos y etéreos al mismo tiempos, en estas letanías que siempre (pero siempre) resultan reveladoras y gratificantes para el corazón.

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