29 de marzo de 2011

Review: Young And In The Way "I am not what I am" (2011)

Por Fernando Suarez.

-Young And In The Way “I am not what I am” (2011)
Oscuras nubes se ciernen sobre el destino de la humanidad, coros angelicales anuncian el fin sobre el frenético pulso de tambores tribales y un hipnótico entramado de arpegios distorsionados termina de dar forma a estas ominosas visiones con apabullante exactitud. Así, con un envolvente clima de monolítica oscuridad, comienza este cuarto trabajo (primero que se puede considerar como larga duración) de Young And In The Way. Lo que sigue es esa misma atmósfera apocalíptica pero atravesada por una rabia visceral y demente, un furioso latir Hardcore/Crust que pinta grises imágenes de perdición y desasosiego. Ok, ustedes dirán que combinar mugre Crust con profundidad Neurosiesca no es ninguna novedad y, ciertamente, aquí resuenan ecos de próceres como His Hero Is Gone o los canadienses Cursed, pero la entrega final resulta tan intensa, tan certera y tan envolvente que no queda otra que darles la derecha y recibir la paliza con una sonrisa desencajada en el rostro. En efecto, aquí tenemos un vocalista que grita al tope de sus pulmones, una base rítmica que estalla en frenéticas aceleradas (a veces, inclusive, rozando el Black Metal más crudo) y se repliega en aplastantes rebajes, una guitarra que expande su suciedad en espesas murallas de distorsión que no se privan siquiera de jugar con profundas texturas, punzantes disonancias o descorazonadores arreglos melódicos, un bajo que gruñe y retumba desde profundidades avernales, y una sensación general de dientes apretados y lisérgicas pinturas cubiertas de herrumbre y hollín. Y sí, las canciones son directas (once de ellas en poco menos de media hora) y al entrecejo pero no por ello descuidan las variantes dinámicas, la profundidad armónica, los arreglos inteligentes (aquí vuelvo a insistir con la destacable labor en las seis cuerdas) ni esa fluidez natural y atrapante, que toma al oyente del cuello y lo sarandea hasta dejarlo agotado y sin aire. Ideal para exorcizar inconfesables demonios entre violentos espasmos y desgarradores alaridos de dolor.

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