17 de marzo de 2011

Review: Grails "Deep politics" (2011)

Por Fernando Suarez.



-Grails “Deep politics” (2011)
Pareciera que con cada disco nuevo de Grails uno se siente en la obligación de aclarar que el vago rótulo de Post-Rock ya no es adecuado para describir su siempre mutante sonido. Es que, con dicho género confinado (en líneas generales) a las enseñanzas de Godspeed You! Black Emperor y sus evocadoras orquestaciones rockeras, lo de estos oriundos de Portland ya pertenece a una categoría propia. “Deep politics”, su más reciente entrega (siempre hay que estar atentos con esta gente, pues suelen lanzar bastante material en poco tiempo) no sólo es otra innegable prueba de ello, sino que, por el mismo precio, se erige como uno de los discos de Rock más interesantes, originales y profundos editados en lo que va del año. Para quienes no estén familiarizados con esta gente, hay que decir que se trata de un grupo netamente instrumental, de latir Rockero (su columna vertebral sigue siendo la formación clásica de guitarra, bajo y batería, aunque no se privan de incorporar infinidad de instrumentos y sonoridades más exóticas, por así llamarlas) y mirada vanguardista, con una complejidad casi sinfónica pero alejada de cualquier tipo de pompa grandilocuente y siempre recubierto de un aura de oscura y envolvente Psicodelia. Estas nuevas ocho composiciones encuentran al cuarteto adentrándose en terrenos cada vez más difíciles de categorizar, intensificando al máximo esa cualidad casi cinematográfica de la que siempre hicieron gala, conjugando con delicada maestría sórdidos climas ambientales y descorazonadoras melodías emotivas, bajando la distorsión (sobre todo con respecto al espeso “Doomsdayer’s holiday”, anterior larga duración propiamente dicho) y alivianando los ritmos en pos de construir pinturas musicales más vívidas, sensibles y, al mismo tiempo, cargadas de sutil elaboración. Ningún recurso musical es desechado a la hora de alcanzar sus objetivos pero, de la misma forma, la solidez de las canciones y la incuestionable coherencia conceptual del disco demuestran que no se trata, de ninguna manera, de apilar referencias dispares en un esquizofrénico collage post-moderno, sino de abrazar una absoluta libertad creativa que sirva para que los músicos expresen, de forma clara y concisa, sus emociones. Y no son muchos los grupos de Rock capaces de desplegar semejante caudal emotivo a través de construcciones musicales de una riqueza superlativa. Cuarenta y siete minutos de pura Música (así, con mayúsculas) para disfrutar con los sentidos en éxtasis.

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