2 de mayo de 2011

Review: Lower Than Atlantis "World record" (2011)

Por Fernando Suarez.

-Lower Than Atlantis “World record” (2011)
En más de una ocasión, a la hora de escribir estas reviews, me asalta una duda: ¿no estaré dejando afuera alguna arista importante del disco? ¿No me habré olvidado de mencionar tal o cual dato de importancia para comprender con mayor claridad el contenido del mismo? Por supuesto, soy humano y, como tal, cometo errores (tal vez más de los que debería, pero en fin) pero no es allí hacia donde voy. Hay otras ocasiones, ciertos discos en particular donde las canciones hablan tan elocuentemente por sí mismas que no me queda demasiado para agregar o analizar. Tal es el caso de esta segunda placa (sin contar ep’s) de este cuarteto británico. Para hacerlo aún más fácil, el estilo practicado por Lower Than Atlantis puede ser claramente identificado como una especie de Emo-Post-Hardcore-Punk-Pop, influenciado por grupos como Jimmy Eat World, Small Brown Bike, Foo Fighters y el costado más melódico y accesible de Glassjaw o Thursday. Entonces, lo que aquí tenemos son doce canciones ajustadísimas, con un empuje rítmico nervioso y Punky, guiadas por melodías vocales siempre gancheras y emotivas, y arropadas por guitarras bien potentes, creativas y distorsionadas. Algunas de ellas van a un ritmo más bien acelerado (ellos mismos dicen que hacen “canciones tristes tocadas rápido”), otras se repliegan en climas más intimistas, a veces tocan fibras íntimas con una sensibilidad frágil y melancólica, a veces refrescan el espíritu con levantadas que invitan al baile más descontrolado. No están inventando nada nuevo pero, de todas formas y con sus cuatro años de carrera a cuestas, se las arreglan para que el resultado final sea sumamente personal, espontáneo y certero. Entonces, aquí no hay experimentos extraños ni peligrosos paseos por los límites de la tolerancia musical. Ni siquiera podemos hablar de cuestiones demasiado cerebrales o intrincadas, simplemente bellas y potentes canciones, ideales para sentirse joven una vez más, aunque sea por un rato.

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