4 de mayo de 2011

Review: Beastie Boys "Hot sauce committee part two" (2011)

Por Fernando Suarez.

-Beastie Boys “Hot sauce committee part two” (2011)
No soy (y nunca fui) un gran entendido en lo que hace a Hip-Hop y aledaños pero eso no me impide afirmar, de forma arbitraria y absolutamente parcial, que lo mejor que le pasó al género fueron estos tres flacuchos judíos neoyorquinos adoradores de Bad Brains y Minor Threat. Es que, con sus más de treinta años de carrera ininterrumpida, los Beastie Boys ya no pertenecen (bueno, creo que nunca lo hicieron) al ghetto del Hip-Hop, sino que son patrimonio universal. Luego de idas, venidas, chistes, cancelaciones, enfermedades y postergaciones, llega este “Hot sauce committee part two” para demostrar que el día que estos tipos pierdan su frescura y su indomable imaginación, se acaba el mundo. Luego del rescate del Hip-Hop neoyorquino de la vieja escuela de “To the 5 boroughs” (2004) y los instrumentales Funk/Souleros de “The mix up” (2007), los Beasties retoman el eclecticismo demente y la versatilidad sónica que caracterizara, a grandes rasgos, al período comprendido entre “Paul’s boutique” (1989) y “Hello nasty” (1998), combinando con maestría el quirúrgico trabajo de sampleo y producción con la instrumentación analógica, la energía sanguínea y esa sublime fluidez a la que nos tienen acostumbrados. No es ninguna novedad que sus tres integrantes rapean con un sentido del groove y una onda (ese componente intangible pero reconocible) envidiable, nadie debería sorprenderse si se encuentra moviendo la patita (cuando no todo el cuerpo) al ritmo de sus irresistibles beats, y es bien conocida su habilidad para generar intrincados collages sonoros y jugar con diversos géneros musicales sin resignar jamás su inconfundible marca personal. Lo que resulta sorprendente es que sigan sonando vitales, excitantes y con el mismo apetito creativo que tuvieran en sus años formativos. ¿O cuántos músicos de más de cuarenta años de edad conocen que puedan sostener con semejante naturalidad la desfachatez juvenil que estos tipos exudan en cada rima? ¿Y cuántos que, a pesar del enorme éxito comercial y el unánime respeto de la comunidad musical en general, aún se esfuercen por explorar variantes musicales llenas de riqueza e inventiva y que, encima, lo hagan sin ni un atisbo de solemnidad o acartonamiento? Vamos, los Beastie Boys son un universo musical en sí mismo, sólo guiado por sus propios caprichos y deseos, y capaz de maravillar a oyentes de cualquier extracción y generación. A disfrutar se ha dicho.

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