4 de julio de 2011

Review: Mother Of Mercy "IV: Symptoms of existence" (2011)

 Por Fernando Suarez.

-Mother Of Mercy “IV: Symptoms of existence” (2011)
Con un nombre tomado de un viejo tema de Samhain (aquel puente musical que Glenn Danzig tendió a mediados de los ochentas entre el Horror-Punk tribunero de los Misfits y el Hard-Rock Sabbathero y oscuro de la banda que lleva su apellido por nombre), uno podría esperar que lo de estos muchachos oriundos de Pennsylvania vaya por esos carriles, pero no. Desde su nacimiento en 2007, y a través de sus discos previos (un par de ep’s y el larga duración debut, “III”, editado en 2009), Mother Of Mercy viene entregando un Hardcore fuertemente metalizado, agresivo y apocalíptico. En ese aspecto, si tenemos en cuenta el amor que Dwid Hellion (líder de Integrity) siempre profesó por la mencionada banda del petiso Danzig, tal vez sea más fácil linkear esas referencias. No es que esto sea otro clon de Integrity, de los que tanto abundan hoy en día, pero ciertamente bastante de esa impronta se cuela aquí. El foco no está puesto tanto en la velocidad y los riffs Slayerianos, gran parte de la placa está dominada por medios tiempos y un marcado groove noventoso, los riffs son sencillos y machacantes y hasta se permiten cierto saborcito Hard-Rockero, y persiste, a lo largo de toda la placa, un clima de violenta oscuridad que también podría asociarse a actos noventosos como Undertow o el primer Earth Crisis. Nada tremendamente original, por cierto, pero hecho con convicción, solidez musical y un profundo conocimiento de causa. Los temas son directos e intensos (aquí las palmas se las llevan los tremendos alaridos del vocalista Bob Wilson y el sonido general del disco), invitan al mosh pero siempre dejan la puerta abierta para algún que otro arreglo de guitarra interesante y están construidos con la suficiente movilidad dinámica como para eludir el aburrimiento. En fin, no es ninguna revolución/revelación pero los amantes de ese estilo de Hardcore bien pesado, virulento y envuelto en negras penumbras encontrarán aquí un bocado nada despreciable.

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