15 de junio de 2011

Review: Jello Biafra & The Guantanamo School Of Medicine "Enhanced methods of questioning" (2011)

 Por Fernando Suarez.

-Jello Biafra & The Guantanamo School Of Medicine “Enhanced methods of questioning” (2011)
Oh sí, oh sí, oh sí. Ni siquiera debería molestarme en escribir esto, todo aquel que haya disfrutado de “The audacity of hype” (el disco con el que Jello y su Guantanamo School Of Medicine debutaron en 2009) y, especialmente, de los shows que el legendario vocalista/activista y su nueva banda dieron en nuestro país, ya debería saber que aquí no hay falla, como dijera Rafa Gorgory. En rigor, este “Enhanced methods of questioning” (presten atención al sutil humor del arte de tapa que, por cierto, fue diseñado por Michel Langevin de Voivod) vendría a ser un ep, con cinco nuevas composiciones y un extenso (dieciocho minutos y pico) cover de “Metamorphosis exploration on deviation street” de The Deviants pero, como siempre, los fríos datos no son suficientes para describir lo que este señor es capaz de transmitir. Desde ya, por el lado de los temas propios tenemos esa suerte de puesta al día del viejo y querido sonido de los Dead Kennedys, esa impronta de Surf-Punk delirado y frenético, adornado por toques de puro Rock Detroitero a la Stooges, alocados pasajes Jazzeros, ocasionales percusiones metálicas y escapadas casi psicodélicas, sostenido por una base rítmica excepcional (de esas que obligan a mover la patita constantemente, cuando no a lanzarnos en salvajes danzas epilépticas) y dos guitarras que se sacan chispas entre riffs carniceros y arreglos volados, y coronado por la inconfundible, inmortal y eternamente excitante voz del gran Biafra. Sólo con eso ya basta para salir llenos de dicha y confirmar, una vez más, que estamos en presencia de un artista excepcional e increíblemente lúcido (como siempre, conviene prestar especial atención a las letras) que, encima, se ha sabido rodear de músicos sin fisuras y con un entendimiento elevado del Punk y el Rock en general. Como broche, los mencionados dieciocho minutos del mencionado cover nos sumergen en un hipnótico letargo Funk cargado de ruiditos y arreglos dementes y encendido por otro de esos geniales recitados del buen Jello, como para bajar las revoluciones pero aumentar el tono inquietante. En fin, no hay mucho más que agregar, sólo esperar más entregas discográficas y (por favor, por favor, por favor) más visitas a nuestras tierras.

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