20 de enero de 2012

Review: Dub Trio "IV" (2011)



-Dub Trio “IV” (2011)

Hay cosas que deben quedar claras aquí. Por un lado, el rotulo de Dub le queda demasiado chico o demasiado grande a estos neoyorquinos.
Más, sabiendo que editaron la mayoría de sus discos por el legendario sello ROIR (alguna vez hogar de actos destacables como Bad Brains, Beastie Boys, Flipper, Suicide, Television, Einstürzende Neubauten, Legendary Pink Dots y otros tantos proyectos de variada calaña) y que el buen Mike Patton participó en un tema de su segundo disco, “New Heavy” de 2006, como también en su más que recomendable sucesor “Another Sound is Dying” de 2008 (el cual también fue editado en su sello, Ipecac Recordings). Por ende, no es de extrañar que la propuesta nos lleve por un viaje aún más interesante de lo que leemos a simple vista.
En efecto, si ya en el disco anterior se empezó a profundizar el recorrido por géneros como el Sludge, el Hardcore, el Noise-Rock y otros artilugios sonoros (sin olvidar la variante espacial del género que alguna vez ayudó a popularizar el buen Bob Marley), en “IV” se continúa esa veta aún más profundamente.
Hablamos de composiciones instrumentales que no temen pasar de riffs de la más caldeada densidad que recuerdan por momentos a los Melvins, aunque en un mayor estado de sobriedad, amansamiento y, sobre todo, fríamente calculados (para decirlo de alguna manera), como también disonancias, giros más técnicos, intervenciones electrónicas que van desde vuelos más psicodélicos hasta más ruidosos (a veces yendo a la querida introspección Rasta como en “Issue Controlling Your Mind” como buen ejemplo de esto), acercamientos al Post-Metal (“Words” parecía una suerte de Isis/Pelican con riffs más tirando al Sludge tradicional y rebajes cósmicos) y un despliegue instrumental que haría llorar a cualquier músico de conservatorio.
Tal vez lo único cuestionable de este quinto disco del trío, es que se puso a la brutalidad sobre el espíritu experimental en comparación a su anterior disco, sacándole un poco la sorpresa (sin olvidar, por suerte, las raíces).
Más allá de este detalle, aquí tenemos otro buen ejemplo de gente virtuosa demostrando que se pueden hacer buenas canciones dentro de estos parámetros sin quedar como meros exhibicionistas sin sustancia y, de paso, llevarnos a un buen viaje sin necesidad de THC o de promesas sobre tierras prometidas.

Review escrita por Mariano Lastiri.

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