5 de septiembre de 2011

Review: Reiziger "The kitten becomes a tiger" (1999)

 Por Fernando Suarez.

-Reiziger “The kitten becomes a tiger” (1999)
“El gatito se transforma en un tigre”, otra buena metáfora para explicar de qué se trata esta música de nerds con corazón Hardcore y la sensibilidad a flor de piel. Sí, estoy hablando de Post-Hardcore, Emo o cómo quieran llamarlo, me da igual. Estoy hablando de un grupo que aprendió las lecciones de los mejores maestros de Washington DC (Fugazi, Rites Of Spring, Hoover, entre tantos otros), así como las de destacados seguidores de otras partes de los Estados Unidos que aportaron su propia vuelta de tuerca más melódica (podemos mencionar nombres como Braid, Navio Forge, Samiam o Karate, por ejemplo) pero que, al mismo tiempo, fue construyendo su propia identidad musical, cimentada en sus años previos bajo el nombre de Kosjer D. Por supuesto, aquí tenemos esas guitarras que se entrecruzan en preciosos juegos armónicos para luego estallar en angulares distorsiones, tenemos esos ritmos que van de la calma intimista al nerviosismo catártico (algo del manejo dinámico de Slint también se ha colado por aquí), tenemos esas voces que van dibujando preciosas melodías con el corazón en la mano, construyendo una tensión que se resuelve en viscerales declamaciones de absoluta intensidad, manteniendo siempre el respeto por la canción y el desarrollo melódico de la misma. Tenemos músicos muy capaces y enfocados, que se animan a jugar con elaboradas nociones dinámicas, aportando siempre buenas ideas musicales sin perder de vista jamás ese ardiente núcleo emotivo que los mueve en primer lugar. O sea, gente que tomó buena nota de las enseñanzas de sus mencionados maestros y que, a pesar de la distancia (son oriundos de Bélgica), lograron hacer propia esa impronta con canciones que nos hablan con el corazón en la mano, que se toman su tiempo para reflexionar pero siempre vuelven a la tierra, aunque más no sea para no perder de vista que estar vivos significa también sentir algo de dolor. Sin regodeos en él ni exageraciones dramáticas, sino más bien poniéndole el pecho y tratando de sacar lo mejor de las heridas. A más de diez años de su aparición original, “The kitten becomes a tiger” todavía retiene toda su energía y su poderío emocional. Si la flamante reunión del cuarteto logra resultados de similar calidad, me doy por satisfecho.

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