10 de noviembre de 2011

Review: Bologna Violenta "Il nuovissimo mondo" (2011)



-Bologna Violenta "Il nuovissimo mondo" (2011)
Nicola Manzan es un muchacho como cualquier otro. Trabaja, paga las facturas y es la mente maestra detrás de Bologna Violenta. Ya desde el nombre del proyecto (algo así como mortadela violenta en nuestra lengua) entendemos que no se van para el lado más intelectual del asunto. Sumemos a que tienen colgado sus dos discos (este y un también recomendable homónimo de este año) en la pagina del sello Grindcore Karaoke para escuchar de forma gratuita desde Bandcamp y bajarlo sin culpa, lo que nos da algo de idea hacia donde va la cosa. SI hay una forma de etiquetar la propuesta de este habitante de la bota mesopotámica, estaríamos hablamos claro de Cybergrind. Pero no de aquel sonido que proponen grupos como Libido Airbag o Gut donde ritmos de Drum and bass son acompañados de machaque saltarines y voces ultra podridas, sino más del lado de Agoraphobic Nosebleed y con eso no digo nada. Podría mencionar a Genghis Tron y su delirante formula casi sacada de un pesadillesco juego de ocho bits de otra dimensión, a the locust y su Noseicore anfetamínico, de Atomsmasher, el proyecto donde James Plotkin (Ya deberían saber quien es a esta altura) descarga su propia visión de como romper las barreras entre la electrónica y el grindcore con resultados sumamente perturbadores, y eso en buena medida nos ayudaría a acercarnos a lo que hace este compatriota del buen Silvio Berlusconi. Acompañado de su novia, la bella Nunzia Tamburrano, en base a samples (todos en su lengua patria y de variados colores, lo que da un toque sumamente provocador), intervenciones ocasionales de un violín y una guitarra, con la cual construye composiciones tanto caóticas, como otras más organizadas, llegando a coquetear con la música clásica (sin buscar acercarse a la masturbación instrumental de cierto sueco que todos conocemos por suerte). La batería electrónica sigue desde los preceptos del Drum and Bass hasta los blast beats más vertiginosos, acoplando perfectamente a la vorágine digital, los samples que por momentos dan tiempo de relajo y otros que chocan con esos riffs violentos totalmente traspasados por sonidos, ruidos y delirios de toda índole (como si sacáramos el audio de un vhs gastado de Napalm Death con sus cortes y fallas producto del gasto del tiempo), y llega aquel momento de relajo en Blue Song donde a mitad del disco el buen Nicola demuestra sus talentos con el violín, para volver todo a la mierda otra vez. No es el material más serio ni lo intenta, pero no debería importar a quienes les gusta pasar un buen rato delirando con algo de buena música, con todo el humor y con el sello de aprobación de J. Randall. Per godere di questa prelibatezza.

Review escrita por Mariano Lastiri

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