30 de octubre de 2012

¡Polizia Bastarda! - Doom en Forte Prenestino, Roma, 26/10/2012

Por Manuel Platino

Un día de mierda en Roma, húmedo y pesado. Apto para revolcarse en la mierda con tanos de mierda dispuestos a cagarse a palos. Bueno, no es para tanto, pero si era un día perfecto para el crust. El lugar fue un galpón tomado, reciclado como centro cultural en medio de un parque en uno de los barrios residenciales de clase media baja de las afueras de Roma, el Fuerte Prenestino.

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Doom abre la masacre

Muchos grafittis, distros independientes, tanos con parches, tanas con tatuajes y algunos greñudos con rastas... que ¡oh, casualidad! eran Stick, Bri y Scoot, los tres ingleses cabrones que se disponían a tocar ese día. Un par de saludos con la gente, algunas cervezas y el show dio comienzo con Post Fata Resurgo y Buffalo Grillz, los primeros unos crusties épicos tanos en la vena escandinava del género y los segundos unos grinders también tanos con el sentido del humor más ridículo y cabeza pero a la vez irresistible de la noche (Si temas como Forrest Grind, Dimmu Burger, The Bossa Anova, etc. no te sacan al menos una sonrisa, necesitás una dosis de Jorge Corona, ya). Buenísimas ambas, pero como diría Stick a mi comentario “¡nunca pensé que los vería en vivo!”: “Bueno, no te excites que todavía no tocamos”.

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Stick saluda, como corresponde. Me constó sacarle la foto pero salió.

En efecto la ansiedad fue creciendo, mientras se escuchaban de fondo las blasfemas recitaciones de Eve Libertine en Reality Asylum de Crass, hasta que en el primer acorde de Life Lock los cuatro de Birmingham desataron el infierno crustie. Esta nueva formación de Doom contaba con los eternos Stick y Bri en batería y guitarra respectivamente, y los (relativamente) más recientemente incorporados Scoot y Denis en bajo y voz. En medio de un torbellino de D-Beats, riffs de 4 notas y a lo sumo 2 variaciones, tanos que volaban por los aires y puteadas de parte de un Denis que no daba lugar a ni una sola sonrisa, la sangre hacía ebullición en las venas de quien les escribe, al punto de erizar la piel. Es que la música de Doom es tan simple como es efectiva, y sus letras no dan cabida a dudas de para qué bando están peleando: “Esta canción está dedicada al derecho de las mujeres a poder elegir” dijo el chato Denis prediciendo el clásico rugido: “Pro-life, pro-cutthroat!”... un Denis vestido con campera de jean sobre una remera de Entombed, valga la pena mencionar. Clásicos inmortales del crust pasaban uno tras otro: Nazi Die, Natural Abuse, Beat the Boss, Multinationals, War Crimes, No Religion, Bury The Debt (Not The Dead), hasta se dieron el lujo de tocar una versión crustie de Symptom of the Universe de Black Sabbath, y por supuesto, el mencionado Pro-Life Control, pero por supuesto, la gente le pedía el inmortal y enorme Police Bastard, presentado por Scoot al grito de “¡Polizia bastarda!” (Las remeras cool estaban a la orden del día, en el caso de Scoot una de Winter. Genio del cosmos). Y las lágrimas rodaron de emoción por las mejillas de este pobre, cansado y ya pelado amante del ruido. No por la historia, ni por el hecho de estar escuchando uno de los temas más representativos del punk inglés (y mundial ya que estamos) de todos los tiempos. No sr. Era mucho más simple que eso. Allí estaban los cuatro mugrientos crusties ingleses recordándonos el grito de guerra más primitivo de todos: vos sos la policía, vos sos mi enemigo. Nada más básico, nada más cierto.

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En ese torbellino de ruido y odio (hacia el capitalismo, la religión, la guerra, el fascismo, la represión policial, etc.) la negatividad se transformó en pura emoción, la más primitiva y salvaje. Nada de metáforas ni sutilezas, es certero, básico y directo al punto, como las ideas, como la música. Como era de esperarse, valió la pena la empapada.

Police!... Police Bastard!