10 de mayo de 2016

Páramo - Vértice





El calor carmesí aún chamusca la piel. El aroma espeso y ahumado se siente como toneladas de hollín sobre los huesos. El cuerpo inerte se desdibuja en un horizonte que revela los afilados dientes de la historia todavía manchados con sangre. Contratos firmados a punta de pistola. Febriles recorridos de paredes angostas dispuestas sobre geometrías imposibles. Regocíjense, el fin está cerca.
¿Cuántos cigarrillos desde la última vez? ¿Cuántas miradas clavadas en techos que sólo devuelven gestos de arrepentimiento? ¿Cuánto tiempo hasta poder repetirlo todo otra vez?
Algunos veranos duelen más que otros.
Y, de todas formas, el eco de un tenue pulso todavía resuena en este agujero. Y, en cuestión de segundos, todo aquello que nunca fue dicho tiñe el aire de un negro impenetrable.
La ilusión de equilibrio fue la última mentira que decidimos escuchar. Un abrazo de estática, esa dulce aspereza que expone la carne y todo lo demás. La fricción, las explosiones, la inevitable caída. Todo lo que hicimos fue documentar nuestra caída. Todo lo que hicimos, todo lo que nos hicimos se desvanece bajo una ensordecedora sinfonía melodramática.




Vértice es el sonido mismo de la muerte, como un mantra de luces de colores que se mezclan hasta formar una gran mancha blanca que se disuelve en el infinito. Un mantra que se alarga eternamente, adomerciendo nuestros sentidos empapados de estática y distorsión, entre melodías hermosas que desfilan continuamente, sin llegar a entender donde termina una y empieza la otra. Es el sonido mismo de la muerte, la entropía en su máximo valor, cuando las galaxias ya se alejen unas de otras a velocidades mayores a la de la luz y sólo quede en el cielo la certeza de que nunca más podremos estar en contacto con ellas, si es que alguna vez existiera alguna esperanza de ello. Un remolino de energía oscura que arrasa todo en bellísimas explosiones de pura destrucción melancólica y dramática. Todo ello concentrado en una singularidad espacial, la propia metáfora de un Big Bang contenido en un disco.
Y bien, también es cierto que se pueden escuchar las claras referencias a Jesu, Lungfish, Slint, My Bloody Valentine... hasta podemos encontrar un cover de The Cure, si es que eso puede servir de alguna referencia.


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